Parroquia: Treos
Advocación: San Miguel
Cronología: siglos XII, XVIII y XIX
Estilo: Románico y Ecléctico
El documento más antiguo que cita a la parroquia de Treos data del siglo XII. La parte más antigua e interesante de esta iglesia es el ábside o capilla mayor, de estilo Románico (siglo XII). En el exterior destaca la ventana saetera del muro este, encuadrada por un arco de medio punto sobre dos columnas monolíticas, las gruesas piezas de cantería de los muros, el contrafuerte de la parte central del muro sur y los canzorros de formas vegetales.
En el interior sobresale el arco triunfal de rosca muy moldurada. Al igual que el arco fajón (que sujeta la bóveda de cañón), se voltea sobre gruesas semicolumnas con capiteles vegetales de trazas muy esquemáticas. La nave actual, que sustituyó a la anterior románica, empezó a construirse a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. La fachada, con forma pentagonal y líneas muy simples y austeras, data de 1813, aunque ya se trabajaba en ella desde 1807. La torre-campanario es de mediados del siglo XX, sustituyendo a una “sólida y preciosa” espadaña de dos campañas del siglo XIX.
Las capillas laterales mantienen líneas similares a pesar de corresponder a diferentes épocas.
La capilla sur, dedicada a la Virgen de Guadalupe, se considera la más interesante y fue construida en 1794 por el cantero Manuel Gamallo siguiendo las características del Neoclasicismo, como demuestra la sencilla arcada volteada sobre machones lisos de la entrada y la bóveda de arista de la cubierta.
La capilla norte repite las líneas de la sur, aunque es muy reciente, pues data de mediados del siglo XX.
La sacristía, de comienzos del siglo XVIII, es obra del maestro de cantería local Alfonso de Arosa, y está cubierta por una bóveda de crucería nervada, que es una pervivencia del estilo Gótico habitual en la arquitectura religiosa rural.
El retablo mayor (1786), obra de Francisco Castro Agudín, un maestro local del lugar de Sandrexo (en la misma parroquia de Treos), responde a las características del Barroco-rococó, con columnas barrigudas, exuberante decoración, ristras vegetales…, aunque ya se advierten ciertos rasgos neoclásicos como entablamentos lisos o pintura imitando mármol. El retablo lo preside un San Miguel Arcángel barroco, de finales del siglo XVIII, alanceando la figura del diablo que tiene a sus pies. En la reciente restauración del retablo (2012) se descubrieron unas hermosas cabezas de ángeles pintadas en el panel del nicho. En el inferior del retablo aparecen dos imágenes de Estilo Barroco del siglo XVIII: San Roque y la Inmaculada Concepción, esculpidas en 1765 en el taller del escultor compostelano Francisco de Lens.
El retablo de Guadalupe en la capilla sur es el único lugar de culto que tiene en toda Terra de Soneira esta advocación de la Virgen extremeña. También es obra de Francisco Castro Agudín, de finales del siglo XVIII, que hizo una donación personal de la imagen. La obra se debe a una devoción particular del párroco Narciso de Soto Pardiñas, que en 1780 donaba una pieza de molino para la capilla de la Virgen ‘da Auga de Lupe’, nombre con el que aún se conoce popularmente en la zona. La Virgen de Guadalupe está acompañada de una imagen barroca de San Miguel, anterior a la del retablo mayor y obra del escultor compostelano Domingo de Romay; y la Virgen de la Soledad, del siglo XIX, que está vestida de negro.
El retablo de la capilla norte, considerado menos interesante, también es obra de Castro Agudín. Completan el retablo seis imágenes: San Blas (vestido de obispo, con la mano en la garganta), la Virgen del Carmen (ambas del siglo XIX) y la Virgen de Fátima, del siglo XX. Santa Lucía (con el plato de los ojos en la mano), San Antonio (con hábito marrón franciscano) y San Eutelio (abogado contra la rabia, con un perro a sus pies), posiblemente corresponden a Castro Agudín, en el último tercio del siglo XVIII.
Francisco Castro Agudín trabajó durante 45 años en su taller de la pequeña aldea de Sandrexo (Treos), de donde salieron la mayoría de los retablos del Arciprestazgo de Soneira en la época. A pesar de su aislamiento, ya que residía a unos 60 kilómetros de A Coruña, por caminos intransitables de la época, supo evolucionar del Barroco-rococó al Neoclásico, demostrando que no estaba desfasado de las modas artísticas del momento.
Bibliografía:
LEMA SUÁREZ, X.Mª (1993): A Arte Relixiosa na Terra de Soneira; t. II; Fundación Universitaria de Cultura; Santiago.
LEMA SUÁREZ, X.Mª (2000): “Artistas e talleres rurais nas Terras de Soneira e de Nemancos (séc. XVIII), en Actas do I Simposio de Historia da Costa da Morte (Baio e Zas 18, 19 e 20 de xuño de 1999), Asoc. Neria, Cee (pp. 175-205).
LEMA SUÁREZ, X. Mª (coord. e dir.) et alii (2010): A Terra de Soneira, no corazón da Costa da Morte; Edicións Xerais de Galicia, Vigo.
LEMA SUÁREZ, X. Mª (1990): “La Virgen de Guadalupe en Treos-Vimianzo (A Coruña)”, en Guadalupe (revista del Santuario de Guadalupe, Cáceres), nº 704.